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Portland, Oregón – Mill Ends Park: la historia del parque más pequeño del mundo
En el corazón de Portland, Oregón, se encuentra un parque muy especial que tiene el título de ser el más pequeño del mundo. Se trata de Mill Ends Park, un pedacito de tierra de tan solo dos pies de diámetro.
La historia de este curioso parque se remonta a la década de 1940, cuando el periodista y columnista Dick Fagan decidió convertir un agujero en una acera abandonada en un espacio verde. Fagan, quien trabajaba en el diario Oregon Journal, bautizó el lugar como Mill Ends Park, en referencia a los pequeños trozos de madera que quedaban sin usar en las fábricas de muebles.
A lo largo de los años, Mill Ends Park ha sido escenario de diversas actividades, desde carreras de caracoles hasta bodas simbólicas. Incluso ha tenido su propia sirena en una época y ha sido decorado con miniaturas como un parque de mini golf.
A pesar de su diminuto tamaño, Mill Ends Park ha logrado capturar la imaginación de los habitantes de Portland y de los visitantes que vienen de todas partes del mundo para conocer este peculiar lugar.
Así, este pequeño parque se ha convertido en una parte importante de la historia de la ciudad, demostrando que, a veces, las cosas más pequeñas son las que más grandes historias tienen que contar.
