
origen de la imagen:https://www.npr.org/2025/04/11/nx-s1-5360605/mahmoud-khalil-gaza-protests-columbia-university-immigrant
El activista pro-Palestino Mahmoud Khalil, quien fue detenido a principios de marzo por funcionarios de inmigración de EE.UU., enfrenta una posible deportación por acciones que el gobierno alega que van en contra de los intereses extranjeros estadounidenses.
Khalil, estudiante de posgrado en la Universidad de Columbia y titular de una tarjeta verde, está casado con una ciudadana estadounidense.
Para justificar su deportación, el gobierno está invocando una ley oscura que desempeñó un papel importante en la conformación de la inmigración estadounidense durante la Guerra Fría: la Ley McCarran-Walter, o la Ley de Nacionalidad de Inmigración de 1952.
Desde el año pasado, algunos manifestantes pro-Palestinos han sido acusados de antisemitismo y de apoyar a organizaciones terroristas.
Los manifestantes niegan esto, argumentando que la crítica a las acciones de Israel en Gaza y el apoyo estadounidense no deben confundirse con antisemitismo.
El gobierno de Trump se ha comprometido a una represión.
“Sabemos que hay más estudiantes en Columbia y otras universidades en todo el país que han participado en actividades pro-terroristas, anti-Semiticas y anti-Americanas, y la administración Trump no lo tolerará”, publicó el presidente Trump en sus redes sociales el mes pasado.
“Encontraremos, detendremos y deportaremos a estos simpatizantes del terrorismo de nuestro país, nunca más podrán regresar.”
¿Qué dice la ley?
El caso de Mahmoud Khalil ha planteado la cuestión de los derechos de libertad de expresión para los inmigrantes.
La administración Trump argumenta que cuando se trata de no ciudadanos, hay límites a la libertad de expresión.
Los manifestantes pro-Palestinos, dicen, están apoyando el terrorismo.
“Es un privilegio que se te otorgue una visa para vivir y estudiar en los Estados Unidos de América”, publicó la Secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem en X el mes pasado.
“Cuando abogas por la violencia y el terrorismo, ese privilegio debe ser revocado y no deberías estar en este país.”
La Primera Enmienda de la Constitución no distingue entre ciudadanos y no ciudadanos, y la Corte Suprema ha dictaminado en el pasado que la Primera Enmienda se aplica a los no ciudadanos.
Sin embargo, el gobierno federal tiene casi todo el poder sobre la inmigración, decidiendo quién entra y se queda en EE.UU., y en el pasado ha tomado esa decisión basándose en si cree que una ideología afecta la política exterior estadounidense.
Cabe destacar que en la década de 1950, durante la Guerra Fría, la Ley de Nacionalidad de Inmigración o la Ley McCarran-Walter monitoreaba a los inmigrantes en función de la ideología comunista.
Aprobada en 1952, la ley establece que el gobierno de EE.UU. puede deportar “a un extranjero cuya presencia o actividades en los Estados Unidos el Secretario de Estado tenga motivos razonables para creer que podrían tener consecuencias adversas potencialmente graves para la política exterior de los Estados Unidos.”
Fue diseñada específicamente para detener, deportar y prohibir visas a comunistas.
De acuerdo con el Departamento de Estado de EE.UU., el congresista de Pennsylvania Francis McCarren “expresó preocupaciones de que los Estados Unidos podrían enfrentar infiltraciones comunistas a través de la inmigración y que los extranjeros no asimilados podrían amenazar los cimientos de la vida estadounidense.”
La administración Trump ahora está recuperando esa política.
En un memorandum obtenido por la Associated Press, a fin de determinar la detención y deportación de Mahmoud Khalil, el Secretario de Estado Marco Rubio escribió: “He determinado que las actividades y la presencia de estos extranjeros en los Estados Unidos podrían tener consecuencias adversas potencialmente graves para la política exterior.”
El memorandum cita repetidamente la Ley de Nacionalidad de Inmigración.
La ley McCarran-Walter o la Ley de Nacionalidad de Inmigración: un pasado histórico
Pero desde su inicio, la ley tuvo consecuencias de gran alcance más allá de la ideología.
“Tienes que retroceder a algunas épocas feas en la historia estadounidense para encontrar precedentes para lo que estamos viendo ahora”, dice el profesor Michael Kagan de la escuela de derecho de la Universidad de Nevada.
Los académicos legales e historiadores dicen que la ley cimentó aún más las cuotas de inmigración raciales y étnicas que ya eran parte del sistema estadounidense.
“McCarran, en particular, era un virulento antisemita. Simplemente pensaba que los judíos y los comunistas eran grupos superpuestos”, dice Kagan.
De hecho, el impacto de la ley en la inmigración judía fue severo, favoreciendo a los europeos occidentales y septentrionales.
Según Muzaffar Chishti y Julia Gelatt del Migration Policy Institute, “cerró la puerta a casi toda la nueva inmigración asiática y excluyó a la mayoría de los judíos europeos y otros refugiados que huían del fascismo y los horrores del Holocausto en Europa.”
Kagan dice que aunque estas acciones puedan parecer historia antigua para la mayoría de los estadounidenses, hay similitudes con lo que está sucediendo hoy.
“No nos gustan tus creencias políticas y lo que has expresado. Así que vamos a expulsarte del país”, dijo Kagan.
El Secretario de Estado Marco Rubio afirma haber revocado más de 300 visas.
“Te dimos una visa para venir y estudiar y obtener un título, no para convertirte en un activista social que destroza nuestro campus universitario.
Te hemos otorgado una visa y decides hacer eso – se la vamos a quitar”, dijo Rubio en una reciente conferencia de prensa.
Los defensores de la libertad de expresión temen que esto establezca un precedente peligroso que eventualmente podría volverse contra los ciudadanos estadounidenses con opiniones disidentes, de manera similar a como lo hizo el miedo rojo en la década de 1950.
Se espera una decisión sobre el caso de Mahmoud Khalil pronto.