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Un nuevo estudio revela que el antepasado de los cocodrilos, el aetosaurio, se parecía más a un erizo que a un reptil. Investigadores de la Universidad de Texas en Austin realizan un análisis detallado de los fósiles de este animal prehistórico para determinar su apariencia y comportamiento.
Según el estudio publicado en la revista científica Current Biology, el aetosaurio tenía una armadura de espinas similares a las de un erizo, lo que lo distinguía de sus parientes modernos, los cocodrilos. Esta característica sugiere que el animal tenía una forma única de defensa contra los depredadores.
Los investigadores también descubrieron que el aetosaurio era herbívoro, alimentándose principalmente de plantas. Esta información desafía la creencia de que todos los antepasados de los cocodrilos eran carnívoros.
Este nuevo hallazgo proporciona una visión fascinante de la evolución de los cocodrilos y su diversidad en el pasado. Los investigadores continuarán estudiando los fósiles del aetosaurio para seguir revelando los misterios de este animal prehistórico.
