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Dueños de bodegas en Nueva York se arman con armas de fuego ante robos violentos que azotan la Gran Manzana
Los propietarios de bodegas y comerciantes en Nueva York están tomando medidas drásticas para proteger sus negocios y a sí mismos frente a la creciente ola de robos violentos que azota la Gran Manzana. Ante la inseguridad y la falta de respuestas efectivas por parte de las autoridades, estos comerciantes se ven obligados a tomar medidas extremas para salvaguardar su patrimonio y su vida.
Los robos violentos se han vuelto moneda corriente en las calles neoyorquinas, y las bodegas no son la excepción. Para combatir esta alarmante situación, muchos dueños de tiendas han decidido tomar la justicia en sus propias manos y armarse con armas de fuego.
Un artículo publicado en The New York Post destaca la historia de un propietario de bodega en el corazón del Bronx, quien ha optado por portar un arma para proteger su negocio y a sus empleados de posibles asaltos. Este valiente vendedor también ha contratado guardias de seguridad adicionales para garantizar la tranquilidad de su establecimiento.
Otros bodegueros comparten la misma preocupación y han decidido seguir el ejemplo de este corajudo comerciante. La escalada de robos violentos ha llevado a estos comerciantes a buscar nuevas formas de defenderse y garantizar la seguridad de su comercio y de las personas que trabajan allí.
Las autoridades neoyorquinas no han podido contener esta creciente ola de robos en la ciudad. A pesar de los esfuerzos por aumentar la presencia policial en las áreas afectadas, los delincuentes parecen actuar con total impunidad.
Ante esta situación, los comerciantes critican la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades y denuncian que estos delitos no parecen tener consecuencias reales para los perpetradores. Esta impunidad ha llevado a los dueños de bodegas a considerar la opción de armarse y asumir su propia seguridad.
Sin embargo, esta decisión no está exenta de polémica. Mientras algunos argumentan que los comerciantes tienen el derecho y la necesidad de protegerse y proteger sus propiedades, otros temen que esto pueda generar aún más violencia en las calles de la ciudad.
En última instancia, lo que es evidente es la difícil situación que enfrentan los bodegueros y comerciantes en la Gran Manzana. La violencia y los robos desenfrenados han llevado a muchos a tomar medidas extremas para salvaguardar sus vidas y medios de subsistencia. Mientras tanto, las autoridades deberán buscar soluciones efectivas para frenar esta preocupante ola de delitos y garantizar la seguridad de todos los neoyorquinos.