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La fuga de combustible en una base naval de Hawái sigue causando preocupación
Una fuga masiva de combustible en una base naval de Hawái ha mantenido en alerta a las autoridades y ha generado preocupación entre los residentes locales. El incidente ocurrió la semana pasada en la Base Naval de Red Hill, ubicada en las afueras de Honolulu.
Según informes, se estima que alrededor de 94,000 galones de combustible naval han escapado de los tanques subterráneos desde que se detectó la fuga el martes pasado, lo cual ha generado una gran alarma en la comunidad debido a los posibles riesgos ambientales y para la salud.
Los síntomas de la exposición al combustible ya han comenzado a aparecer en algunas personas. Residentes que viven cerca de Red Hill han reportado dificultad para respirar, náuseas y dolores de cabeza persistentes. Se ha instado a los afectados a buscar atención médica de inmediato.
El gobernador de Hawái, David Ige, se ha manifestado en torno a la gravedad del incidente y ha expresado su preocupación por la posible contaminación del suministro de agua potable de la isla. A pesar de los esfuerzos para contener la fuga, aún no se ha logrado detener por completo, lo que ha generado temores de una catástrofe medioambiental.
Las autoridades han ordenado medidas de precaución, incluyendo la prohibición del consumo de agua de la zona afectada y la distribución de botellas de agua para los residentes. Además, se ha establecido un centro de ayuda para proporcionar información y asistencia a aquellos afectados por la situación.
La Base Naval de Red Hill alberga tanques de almacenamiento de combustible con más de 200 pies de profundidad, diseñados para resistir terremotos y otros desastres naturales. Sin embargo, este incidente ha puesto en entredicho la seguridad de las instalaciones y ha llevado a exigir una investigación exhaustiva para determinar cómo ocurrió la fuga y qué medidas preventivas se pueden tomar en el futuro.
Mientras tanto, el Comando del Pacífico y la Agencia de Protección Ambiental están trabajando de la mano con las autoridades locales para evaluar los posibles daños y garantizar la seguridad de la población. Se espera que en los próximos días se brinden más detalles sobre el alcance de la fuga y las acciones necesarias para su solución.
La comunidad de Hawái sigue en vilo, esperando que la situación se resuelva pronto y sin mayores repercusiones. Los ojos están puestos en las autoridades para que tomen medidas efectivas y eviten daños mayores tanto a la salud de las personas como al medio ambiente.