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Un estudio sugiere que la obesidad en la mediana edad está asociada con un deterioro cognitivo más rápido en la vejez, según una investigación publicada en la revista Neurology.
El estudio de la Universidad de las Islas Baleares en España encontró que las personas con obesidad en la mediana edad experimentaron un deterioro cognitivo más rápido en comparación con aquellas con un peso normal.
Los investigadores analizaron los datos de más de 6,000 personas que participaron en un estudio longitudinal que comenzó en 1988. Los participantes fueron evaluados con regularidad, incluyendo pruebas de aritmética, memoria verbal y habilidades visuoespaciales.
Después de un seguimiento promedio de 12 años, los investigadores encontraron que aquellos con obesidad a los 50 años mostraron un deterioro cognitivo más rápido en comparación con aquellos con un peso normal para su edad.
El estudio también encontró que las personas con obesidad abdominal, medida a través del índice de masa corporal (IMC) y la circunferencia de la cintura, también tenían un mayor riesgo de sufrir deterioro cognitivo.
El Dr. Jesús Pujol, autor principal del estudio, señaló que “la obesidad abdominal en la mediana edad está asociada con un mayor riesgo de demencia a edades más avanzadas. Estos resultados son preocupantes dada la creciente prevalencia de obesidad a nivel mundial y su impacto en la salud pública”.
El vínculo entre la obesidad y el deterioro cognitivo puede estar relacionado con factores como la inflamación crónica, el estrés oxidativo y la resistencia a la insulina, según los investigadores.
Aunque este estudio no pudo determinar una relación causal directa entre la obesidad y el deterioro cognitivo, resalta la importancia de mantener un peso saludable y llevar un estilo de vida activo para preservar la salud cerebral a largo plazo.
Es importante destacar que la obesidad no solo afecta la apariencia física o el riesgo de enfermedades cardiovasculares, sino que también puede tener un impacto en la salud mental y el funcionamiento del cerebro en la vejez.
Mantener una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y llevar un estilo de vida saludable son hábitos que pueden contribuir a un envejecimiento cerebral saludable, según los expertos.
A medida que aumenta la conciencia sobre la relación entre la obesidad y el deterioro cognitivo, es fundamental que las políticas públicas y los programas de salud promuevan estrategias para prevenir y controlar la obesidad, teniendo en cuenta su impacto en la salud cerebral a largo plazo.